Tipu’s Tiger (El tigre de Tipu), una de las piezas más curiosas del museo Victoria & Albert de Londres es un autómata de finales del siglo XVIII, casi a tamaño real y de madera que llama la atención por el dramatismo de la situación que recrea.
La elaborada pieza fue un encargo de Fateh Ali Tipu (1750-1799), sultán de la ciudad de Mysore y del sur de la India de 1782 a su muerte. Era enemigo acérrimo de la Compañía Británica de las Indias Orientales, una sociedad de inversores que tenía el monopolio del comercio en la zona y extendía así el dominio británico por el país. Tipu armó a su ejército contra el imperialismo y pronto fue conocido en Europa por su anglofobia y por su obsesión por los tigres, que adornaban la mayoría de sus posesiones y se habían convertido en el símbolo real del sultán.
Existe una aplicación para el móvil con la que poder deleitaros en cualquier lugar que es una reproducción del autómata en tres dimensiones.
Viene con el himno británico "Good Save the Queen" incluido, pero los que entendáis de música podéis hacer adaptaciones al órgano -pues el autómata era también un órgano- para recrear la escena de la muerte del hijo del general Sir Hector Munrow. El autómata original reproducía el sonido del tigre devorando al soldado británico junto a los gemidos de éste. Un tanto macabro pero al cabo una manera inocente de sublimar la ira que el imperio anglo-sionista, de manera natural, provoca en tantos de nosotros con sus invasiones, primaveras y demás "guerras que acabarán con todas las guerras". Esta gente del Victoria and Albert Museum de Londres son inefables: provocan tu ira y te regalan un hermoso calmante.
3 comentarios:
A-s-salamu 'alaykum:
¿Y el tigre no devora wahabosalafistas?
As-salamu aleykum
No Abdul Karim, al sultán no le dió tiempo de hacer el encargo. Arabia de los Saudis no existía y no había wahabo-salafistas a quienes financiar.
Recuerdos, mucho tiempo sin saludarte.
Salam
As-salamu aleykum
No Abdul Karim, al sultán no le dió tiempo de hacer el encargo. Arabia de los Saudis no existía y no había wahabo-salafistas a quienes financiar.
Recuerdos, mucho tiempo sin saludarte.
Salam
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