EL IMPULSO DEL SUEÑO Y tU RELOJ CORPORAL
La mayoría de las personas notan que experimentan de forma natural diferentes niveles de somnolencia y alerta a lo largo del día, pero ¿cuál es la causa de estos patrones? El sueño está regulado por dos sistemas corporales: la homeostasis sueño/vigilia y el reloj biológico circadiano.
Cuando llevamos mucho tiempo despiertos, la homeostasis del sueño/vigilia nos indica que se está acumulando la necesidad de dormir y que es hora de hacerlo. También nos ayuda a mantener el sueño suficiente durante toda la noche para compensar las horas de vigilia. Si este proceso restaurativo existiera por sí solo, significaría que estaríamos más alerta al empezar el día y que cuanto más tiempo estuviéramos despiertos, más ganas tendríamos de dormir. De este modo, la homeostasis sueño/vigilia crea un impulso que equilibra el sueño y la vigilia.
Por otra parte, nuestros relojes biológicos circadianos internos regulan el ritmo de los periodos de sueño y vigilia a lo largo del día. El ritmo circadiano baja y sube en diferentes momentos del día, por lo que el mayor impulso de sueño de los adultos se produce generalmente entre las 2:00-4:00 am y por la tarde entre 1:00-3:00 pm, aunque hay algunas variaciones dependiendo de si usted es una "persona de la mañana" o "persona de la noche". La somnolencia que experimentamos durante estas bajadas circadianas será menos intensa si hemos dormido lo suficiente, y más intensa cuando estamos privados de sueño. El ritmo circadiano también hace que nos sintamos más alerta en determinados momentos del día, aunque llevemos horas despiertos y nuestro proceso de sueño/vigilia nos haga sentir más somnolientos.
Los cambios en este ritmo circadiano se producen durante la adolescencia, cuando la mayoría de los adolescentes experimentan un retraso en la fase del sueño. Este cambio en el ritmo circadiano de los adolescentes hace que, de forma natural, se sientan alerta más tarde por la noche, lo que les dificulta conciliar el sueño antes de las 23.00 horas. Dado que la mayoría de los adolescentes empiezan pronto el colegio y tienen otros compromisos, este retraso en la fase del sueño puede dificultar que duerman lo que necesitan: una media de 9 horas y cuarto, pero al menos 8 horas. Esta privación del sueño puede influir en el ritmo circadiano; para los adolescentes, los "bajones" circadianos más fuertes tienden a producirse entre las 3:00 y las 7:00 de la mañana y entre las 2:00 y las 5:00 de la tarde, pero el bajón matutino (3:00-7:00 de la mañana) puede ser incluso más prolongado si los adolescentes no han dormido lo suficiente, y puede durar hasta las 9:00 o las 10:00 de la mañana.
El reloj biológico circadiano está controlado por una parte del cerebro llamada Núcleo Supraquiasmático (NSC), un grupo de células del hipotálamo que responden a las señales de luz y oscuridad. Desde el nervio óptico del ojo, la luz viaja hasta el SCN, indicando al reloj interno que es hora de estar despierto. El SCN envía señales a otras partes del cerebro que controlan las hormonas, la temperatura corporal y otras funciones que influyen en que nos sintamos somnolientos o despiertos.
Por las mañanas, con la exposición a la luz, el SCN envía señales para aumentar la temperatura corporal y producir hormonas como el cortisol. El SCN también responde a la luz retrasando la liberación de otras hormonas como la mela hormonas como la melatonina, que se asocia con el inicio del sueño y se produce cuando los ojos indican al SCN que está oscuro. Los niveles de melatonina aumentan por la tarde y se mantienen elevados durante toda la noche, favoreciendo el sueño.
En los adolescentes, las investigaciones han demostrado que los niveles de melatonina en sangre aumentan de forma natural más tarde por la noche que en la mayoría de los niños y adultos. Dado que los adolescentes pueden tener dificultades para acostarse pronto para dormir lo suficiente, puede ayudar mantener las luces tenues por la noche a medida que se acerca la hora de acostarse. También puede ayudar entrar en la luz brillante tan pronto como sea posible por la mañana.
Las alteraciones circadianas como el jet lag nos ponen en conflicto con nuestros patrones naturales de sueño, ya que el cambio de hora y las señales luminosas en el cerebro obligan al cuerpo a alterar su patrón normal para adaptarse. Por eso el jet lag puede hacer que los viajeros se sientan mal y tengan más dificultades para pensar y rendir bien. Pero estos síntomas también pueden darse en la vida cotidiana, cuando el ritmo circadiano se altera por mantener horarios largos e irregulares. Por ello, es importante mantener un horario de sueño regular y disponer de tiempo suficiente para un sueño de calidad, que permita que estos dos componentes biológicos vitales -el proceso de restauración sueño-vigilia y el ritmo circadiano- nos ayuden a rendir al máximo.
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