Occidente y Oriente
Occidente ya ha declarado su postura, pues aun a pesar de bonitas palabras a lo democrático, por dentro acepta en cierto modo la idea del choque de civilizaciones.
Solo tendríamos que contemplar a nuestra amada Al-Alandalus ahora convertida en España, cuando en la propia Constitución se encuentran aun leyes “católicas”. Un país a confesional que sigue realizando fiestas “nacionales” de santos, vírgenes y semana santa entre otras. Un país a confesional en donde aun contemplan figuras de Templos sagrados y ministros del culto, para religiones que no poseen tal concepto y que incluso ignora su significado, como es el Islam.
Los pactos de musulmanes españoles con las autoridades españolas no han podido evitar ambigüedades y así tenemos un reconocimiento basado en una jerga que mas nos acerca a las tesis wahhabis o salafis que al único Islam (que es el de la Tradición).
A occidente le interesa (juegos geopolíticos) la expansión de una idea sobre el Islam como cultura atrasada y estancada y a ciertos elementos mal llamados fundamentalistas (radicales) parece encantarles este juego, y ambas partes toman posiciones en el tablero.
Pero la verdad es que este análisis además de superficial no penetra en los conceptos reales de la civilización ni de la cultura del Islam.
Realmente el problema subyace en los diferentes caminos que han tomado, las civilizaciones mas importantes de nuestro mundo; la judeocristiana y la islámica, pues mientras el primero ha optado por el modernismo y el laicismo, el segundo y en total oposición no a adoptado mas que el mismo camino de siempre, es decir, sin cambios, como continuidad de la Tradición misma.
Desde esta perspectiva el Islam es un referente a la propia Revelación Coránica y a la Sunna Profética de la que toma posiciones que incluye ley y comportamiento, así como al misticismo de siempre, la filosofía, arte y vida social en general.
Contrariamente el modernismo tiene una concepción del mundo basado en el Renacimiento y la Ilustración que fue una rebelión contra la religión dominante y corrupta, sustituyéndolo por el humanismo, racionalismo y el laicismo. Así de esta forma la civilización judeocristiana se transformó poco a poco en algo tan insustancial como laicista, y perdiendo en ello los valores sagrados de la búsqueda y el encuentro con Dios, con lo que el desarraigo del occidental ya puede justificar como moderno y democrático cualquier perversión y toda libertad aun a pesar de atentar contra las de otros; siendo lo peor que al asumir una cierta libertad tecnológica, sus comodidades asociadas en dinero de usura y el poder de las grandes multinacionales y la idea de la Globalización, piensan que su forma de vida es la única lente con la que puede ser visto cualquiera otra civilización.
En el caso del Islam, tal punto de vista condicionado no deja ver la idiosincrasia de una cultura y unas tradiciones mas de acorde a la dignidad primera y última del ser humano.
En el mundo islámico también hay sectarios modernistas influidos por occidente, como resultado de las épocas coloniales que desean ver un nuevo Islam basado en la literalidad de los Textos y despreciando a Escuelas, filósofos y un largo etc., de la sabiduría tradicional. Un Islam misógeno y arcáico que se aleja de sus propios orígenes intentando alcanzarlos banalmente.
Con estas tendencias enfrentadas juega el juego político occidente y oriente, dejando al margen e ignorándolo al verdadero y de siempre Islam de la Tradición.
El Islam es una religión basada en la Transcendencia de Dios, una religión que pide a los seres humanos que transciendan su carácter inferior o limitado, una religión contraria totalmente al marco antropológico, racionalista y materialista, que niega la posibilidad de relegar lo sagrado a la esfera de lo privado.
Olvidan tal vez estos modernistas de ambas partes que la incapacidad de uno para comprender algo no es ningún argumento de que esto sea falso, por lo que los musulmanes de la Tradición continuamos creyendo en los Ángeles y Profetas y en contra de la ideas laicistas y globalistas.
Como decía un gran sabio del Islam (Maulana Thanvi) y con ello me despido esperando críticas:
“Lo que es racionalmente imposible es algo totalmente diferente de lo que es meramente improbable.
Lo imposible se opone a la razón misma, mientras que lo improbable se opone meramente a la costumbre.
Los predicados de la razón y los de la costumbre son completamente distintos, y es erróneo identificarlos unos con otros.
Lo que es imposible no puede existir nunca, pero lo que es meramente improbable puede existir.
Sólo lo imposible se puede describir como irracional, mientras que lo improbable sólo es algo que la razón no puede comprender por sí misma”
Una gran lección al camino adoptado por occidente
Occidente ya ha declarado su postura, pues aun a pesar de bonitas palabras a lo democrático, por dentro acepta en cierto modo la idea del choque de civilizaciones.
Solo tendríamos que contemplar a nuestra amada Al-Alandalus ahora convertida en España, cuando en la propia Constitución se encuentran aun leyes “católicas”. Un país a confesional que sigue realizando fiestas “nacionales” de santos, vírgenes y semana santa entre otras. Un país a confesional en donde aun contemplan figuras de Templos sagrados y ministros del culto, para religiones que no poseen tal concepto y que incluso ignora su significado, como es el Islam.
Los pactos de musulmanes españoles con las autoridades españolas no han podido evitar ambigüedades y así tenemos un reconocimiento basado en una jerga que mas nos acerca a las tesis wahhabis o salafis que al único Islam (que es el de la Tradición).
A occidente le interesa (juegos geopolíticos) la expansión de una idea sobre el Islam como cultura atrasada y estancada y a ciertos elementos mal llamados fundamentalistas (radicales) parece encantarles este juego, y ambas partes toman posiciones en el tablero.
Pero la verdad es que este análisis además de superficial no penetra en los conceptos reales de la civilización ni de la cultura del Islam.
Realmente el problema subyace en los diferentes caminos que han tomado, las civilizaciones mas importantes de nuestro mundo; la judeocristiana y la islámica, pues mientras el primero ha optado por el modernismo y el laicismo, el segundo y en total oposición no a adoptado mas que el mismo camino de siempre, es decir, sin cambios, como continuidad de la Tradición misma.
Desde esta perspectiva el Islam es un referente a la propia Revelación Coránica y a la Sunna Profética de la que toma posiciones que incluye ley y comportamiento, así como al misticismo de siempre, la filosofía, arte y vida social en general.
Contrariamente el modernismo tiene una concepción del mundo basado en el Renacimiento y la Ilustración que fue una rebelión contra la religión dominante y corrupta, sustituyéndolo por el humanismo, racionalismo y el laicismo. Así de esta forma la civilización judeocristiana se transformó poco a poco en algo tan insustancial como laicista, y perdiendo en ello los valores sagrados de la búsqueda y el encuentro con Dios, con lo que el desarraigo del occidental ya puede justificar como moderno y democrático cualquier perversión y toda libertad aun a pesar de atentar contra las de otros; siendo lo peor que al asumir una cierta libertad tecnológica, sus comodidades asociadas en dinero de usura y el poder de las grandes multinacionales y la idea de la Globalización, piensan que su forma de vida es la única lente con la que puede ser visto cualquiera otra civilización.
En el caso del Islam, tal punto de vista condicionado no deja ver la idiosincrasia de una cultura y unas tradiciones mas de acorde a la dignidad primera y última del ser humano.
En el mundo islámico también hay sectarios modernistas influidos por occidente, como resultado de las épocas coloniales que desean ver un nuevo Islam basado en la literalidad de los Textos y despreciando a Escuelas, filósofos y un largo etc., de la sabiduría tradicional. Un Islam misógeno y arcáico que se aleja de sus propios orígenes intentando alcanzarlos banalmente.
Con estas tendencias enfrentadas juega el juego político occidente y oriente, dejando al margen e ignorándolo al verdadero y de siempre Islam de la Tradición.
El Islam es una religión basada en la Transcendencia de Dios, una religión que pide a los seres humanos que transciendan su carácter inferior o limitado, una religión contraria totalmente al marco antropológico, racionalista y materialista, que niega la posibilidad de relegar lo sagrado a la esfera de lo privado.
Olvidan tal vez estos modernistas de ambas partes que la incapacidad de uno para comprender algo no es ningún argumento de que esto sea falso, por lo que los musulmanes de la Tradición continuamos creyendo en los Ángeles y Profetas y en contra de la ideas laicistas y globalistas.
Como decía un gran sabio del Islam (Maulana Thanvi) y con ello me despido esperando críticas:
“Lo que es racionalmente imposible es algo totalmente diferente de lo que es meramente improbable.
Lo imposible se opone a la razón misma, mientras que lo improbable se opone meramente a la costumbre.
Los predicados de la razón y los de la costumbre son completamente distintos, y es erróneo identificarlos unos con otros.
Lo que es imposible no puede existir nunca, pero lo que es meramente improbable puede existir.
Sólo lo imposible se puede describir como irracional, mientras que lo improbable sólo es algo que la razón no puede comprender por sí misma”
Una gran lección al camino adoptado por occidente
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