La segunda tendencia, la he denominado con este título extraño porque extrañas son las condiciones que rodean a la expresión de este tipo de Sufismo. Lo de "tergiversado" hace referencia a su misma definición en el sentido de una alteración de los hechos, interpretarlos con error o torcer los argumentos. Teóricamente, esta línea del Sufismo parece disponer de unos medios de transmisión de la iniciación de carácter regular y en cuanto a la vinculación con la Tradición Islámica, practican sus Maestros una adhesión, clara e inteligente a los principios del Islam (SHARI'AT), así como a la "sunna" del Santo Profeta. No obstante interpretan de un modo muy particular el hecho de la Tradición sufí, de tal modo que la primera impresión que nos viene es que se están tergiversando los principios elementales del método tradicional sufí. En lo que respecta a la doble expresión, hay que distinguir claramente, entre lo que viene del Sheikh de la Tariqa y lo que viene de sus "discípulos" o seguidores porque es posible que bajo condiciones excepcionales tal aparente tergiversación de la Enseñanza Sufí por parte de un maestro responda a una sabiduría oculta, o incluso a un modo de compensación de ciertas tendencias desviadas en una parte concreta de la Humanidad. No obstante, tal tipo de acción insólita, necesariamente proyecta una sombra sobre sus seguidores que acusarán un desencanto respecto a la verdadera dimensión del Sufismo que se traducirá a la larga, en el sector menos cualificado (si es que realmente hay alguien cualificado) en el incremento de las individualidades. También dicho resultado estaría calibrado por el Maestro en cuestión dentro de un marco de desarrollo global.
Dicha tergiversación se sitúa esencialmente sobre las tres condiciones de transmisión de la Enseñanza sufí: ZAMAN, MAQAM, IKHUAN, es decir, TIEMPO, LUGAR Y GENTE (HERMANOS). En efecto, constatamos que en este tipo de sufismo, se admite indiscriminadamente y se transfiere la iniciación a quien quiera que lo desee, procedimiento éste que particularmente en la Orden Naqshbandi como dijimos anteriormente nunca existió, al menos masificadamente. Todo lo contrario, se requería un nivel especial y los Maestros Naqshbandis rechazaban a menudo a aspirantes no cualificados. Las consecuencias inmediatas de tal proceder, es la supresión de "metodos particularizados de Enseñanza", razón misma del Sufismo como vía que se distingue de las formas de Enseñanza mecanizadas y de masificación. Para ver hasta que grado revestía importancia este principio para el Sufismo, y mucho más para la Orden Naqshbandi, citaremos las palabras del Gran Sheikh de la Tariqa Naqshbandi Yaqub Charkhi, él (r.h.) decía a uno de sus discípulos: "No importa donde esté la verdad en tu caso, tu maestro puede ayudarte a encontrarla. Si solo emplea una serie de métodos para todos, no es un maestro y menos aún el tuyo."
El maestro de esta Vía concentró sus instrucciones fundamentalmente en el Islám externo y en la Sunna del Profeta(&), y esto más que una instrucción es una obligación indispensable para cualquier buscador que aspire a la Estación de los Sufíes. Lo más probable es que, dada la complejidad psicológica de la mayoría de los aspirantes occidentales al Sufismo, tal Maestro solo puede agruparlos -como se agrupa a un rebaño de ovejas- en los amplios parámetros del Islám, y esto es en realidad un éxito. Si para lograr dicho objetivo, utiliza el "caramelo" del Sufismo, como un padre lo haría con su hijo, nada podemos objetar, siempre que aquellos que posean la cualificación necesaria no se vean impedidos en su desarrollo al verdadero y tradicional camino de los Sufíes. Sin embargo el procedimiento tradicionalmente ha sido el inverso: una vez asumido el alto nivel de conocimiento y práctica islámica, este se convierte en un trampolín hacia las estaciones de los Sufíes. Además, como ningún maestro, sea del rango que sea, está autorizado a mezclar lo niveles externos e internos de una religión, debemos creer de buena fe, que nos encontramos ante un tipo excepcional de técnica dadas las condiciones de cierto número de occidentales.
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