SUFISMO Y SECTAS (10)

Nosotros tenemos conocimiento de una situación similar endémica de una reducida comunidad afincada en un pueblecito perdido de Granada, donde una serie de individuos permanecen anquilosados y estancados en una alucinación grupal que tiene como fundamento la parodia de un triste, desafortunado y mediocre seguidor elevado, en parte por aquellos que lo parasitan, a la falsa categoría de Shayj. Aquí observamos el pacto que se repite entre los falsos guías y en este caso también los falsos seguidores. Sin embargo, este caso se suele dar frecuentemente en simples representantes de Maestros, que no han sabido resistirse a los halagos interesados de personas que buscan favores materiales y un modo de escapar de la realidad amparados en la sombra del clan; y que no han hecho lo que aconsejó el Profeta*: "Arrojad arena en los ojos de la gente que os adule". Lo que seguramente empezó como una broma, llamando "Shayj" a quien no lo es, nos recuerda un relato de Mullah Nasruddin:

"Nasruddin acostumbraba a regalar caramelos a los niños de una aldea que visitaba cada jueves. Ese día advirtió que se le habían olvidado en casa cuando vio a los niños en grupo corriendo emocionados hacia él. Cuando le preguntaron por los caramelos él intentó desviarlos diciéndoles que los caramelos estaban detrás de una duna cercana. Los niños corrieron entusiasmados a por ellos y Nasruddin los siguió también. En ese momento un amigo que estaba junto a él lo cogió del brazo y habiendo presenciado todo le dijo:
.- Nasruddin, ¿qué haces? ¿Sabes que es mentira?
Y él respondió:
.- A lo mejor si que están allí. ¿Quién sabe?
***


Toda la problemática de estos "Sujetos" autodenominados sufíes y desvinculados de la Realidad y de la guía Divinas por la creación de un espacio artificial donde pueden dar rienda suelta a sus paranoias egóticas sin ser obstaculizados, es causada en buena proporción por un afeminamiento y una pérdida del carácter nómada y viril.
A este respecto nos dice Ibrahim Jaldun:



"... el beduino puede ser igualmente mundano. Solo que su mundanidad se refiere a las necesidades esenciales de la vida y no al lujo ni a nada que estimule los deseos artificiales y proporcione goces. Así, la moralidad que los beduinos observan en su relación mutua es buena. En comparación con los sedentarios, tienen muchos menos malos hábitos y defectos... Por consiguiente es más fácil llevar por el buen camino a los beduinos que a los sedentarios.
Los sedentarios están acostumbrados a la cobardía y la debilidad de carácter. Están hundidos en la buena vida y en el lujo. Delegan la defensa de su vida y propiedades al soberano que los gobierna y a soldados profesionales cuya función es protegerlos. Se sienten seguros en el interior de sus murallas y fortalezas. Ningún ruido les asusta ni ninguna persecución les deja sin aliento. Son despreocupados y han perdido la costumbre de llevar armas. Generación tras generación han crecido con esta forma de vida y por eso se han vuelto como mujeres y niños que dependen del dueño de la casa. Esto acaba por convertirse en una segunda naturaleza y sustituye a la disposición natural del hombre... (MUQADDIMA)."



Nosotros somos testigos, especialmente de esto último, pues este grupo sedentario de espíritu y cuerpo, es gobernado por mujeres y niños. Es más, reaccionan ante cualquier asomo de verdadero sufismo, con la envidia y la perfidia de las peores mujeres y con la nocturnidad y la traición tan característica del modelo negativo de estas.



Solo nos queda decir a este respecto, que semejante disposición es un nido de secta y de sectarios como constantemente demuestran en sus acciones: intolerantes, dogmáticas, ignorantes, envidiosas y alucinadas.