¿PUEDEN LOS MUSULMANES ELEGIR A UNA MUJER PARA GOBERNARLOS?

¿Pueden los musulmanes elegir a una Mujer para Gobernarlos?

Imran N Hosein

Imranhoseinespanol.blogspot.com

http://www.imranhosein.org/

El ‘gobierno de una mujer’ es un tema que ahora debiera llamar la atención de musulmanes en Trinidad y Tobago. El Congreso Nacional Unido ha apuntado a un nuevo Líder de la Oposición en el Parlamento y una mayoría de los Miembros de Oposición del Parlamento escogieron a una mujer para remplazar a su viejo líder. Sin embargo un colega musulmán de ellos proclamó valientemente su intención de consultar primero con su “líder religioso” antes de decidir sobre el tema de elegir a una mujer como líder. Fue bien sabio de su parte hacerlo ya que este ensayo argumenta, mientras una mujer puede emplear a un hombre para que trabaje para ella, la guía Divina del Santo Qur’an, al igual que el ejemplo del bendito Profeta Muhammad (paz y bendiciones de Allah el Mas Alto sean sobre el) y sus compañeros, muy ciertamente no permite  los musulmanes elegir a una mujer para gobernarlos.

Es un tema de profundo pesar que muchos eruditos del Islam en la rea moderna son más bien ambiguos en su pensamiento, o eligen permanecer silenciosos antes que desafiar a las desviadas masas lavadas de cerebro quienes han sido tragadas por la moderna revolución feminista del Dajjal, o todavía peor, emiten desviadas opiniones legales sobre el tema. (Ambos, el advenimiento del Dajjal y su moderna revolución feminista son ‘Signos del Ultimo Día’).

En Pakistán por ejemplo cuando las masas descontentas forzaron finalmente las elecciones en la dictadura apoyada por EEUU de Ayub Khan en 1965, el candidato Presidencial en nombre del Partido de Oposición Combinada (COP) era una mujer – Fatima Jinnah. Excepto por los Ulama (los eruditos religiosos) quienes estaban alineados con el partido del gobierno, todos los renombrados Ulama de Pakistán emitieron una fatwa (opinión legal) en esa ocasión apoyando el gobierno de una mujer. De hecho, actuaron en la base de la conveniencia política y, en el proceso, fueron desviados en su juicio. Debemos admitir sin embargo, para ser justos con aquellos eruditos del Islam, era más difícil en 1964 que hoy, primero reconocer y luego captar la enormidad del peligroso y final ataque del Dajjal contra la humanidad en la forma de la revolución feminista moderna.

Aquellos quienes puedan estar en desacuerdo con las visiones expresadas en este ensayo en el tema del mandato de una mujer deben recordar que el Islam, la religión, requiere de un musulmán que él o ella sean guiados en todos los temas, primero por la guía que viene del Santo Qur’an, y segundo por el ejemplo del bendito Profeta y sus bien guiados compañeros. Ellos no deben adherirse al  apoyo (inválido) de tales aberraciones esporádicas como ocurrió en Pakistán, Bangladesh, Indonesia y en otros lados, donde mujeres desviadas han, de hecho, gobernado sobre esos pueblos musulmanes.

• EL QUR’AN Y EL GOBIERNO DEL IMAM (MASCULINO)

El Qur’an entregó una dura advertencia con respecto a la elección de un gobernante: “[pero] un Día convocaremos a todos los seres humanos [para juzgarles] con su Imam (gobernante)…” (Qur’an, al-Isra, 17:71). La palabra Imam, cuando se usa en el Qur’an al igual que cuando se usa en el lenguaje cotidiano, refiere al gobernante quien rige, gobierna o lidera. Sin embargo, en el contexto del Ultimo Día y al juicio divino sobre toda la humanidad, sería irresponsable para cualquiera excluir  el significado del gobernante quien rige, gobierna o lidera para la palabra Imam en el verso del Qur’an de arriba. La Justicia (al igual que el sentido común elemental) demanda que un líder o gobernante (quien fue desviado o bien guiado) debiera ser traído con su gente cuando sean juzgados por Allah el Más Alto.

El Mismo Allah el Más Alto eligió a un Imam para la humanidad cuando le declaró a  Abraham (la paz sea sobre el): "Haré de ti un guía para los hombres." (Qur’an, al-Baqarah, 2:124). Cuando Abraham respondió preguntándole si los Imames también serían elegidos divinamente de dentro de su descendencia, Allah el Más Alto le confirmo mientras descartó que la posibilidad de Su alianza pudiera incluir a aquellos (como en el moderno Israel) quienes son malvados en su conducta (Qur’an, al-Baqarah, 2:124). Allah el Más Alto entonces procedió a elegir Imames, en la forma de Profetas, de la progenie de Abraham. Entre ellos estuvieron Isaac y su semilla en Jacob, José, Moisés, Arón, David, Salomón y Jesús, e Ismael y su semilla en Muhammad (paz y bendiciones de Allah el Más Alto sean sobre todos ellos).

Finalmente, hay un rezo registrado en el Qur’an mismo en el cual los hombres creyentes le rezan a Allah el Más Alto, así: "¡OH Sustentador nuestro! ¡Haz que nuestras esposas y descendencia sean motivo de alegría para nosotros, y haznos adelantados entre los que son conscientes de Ti!" (Qur’an, al-Furqan, 25:74) En cada ejemplo en el que el Qur’an ha usado el termino Imam para decir ‘líder’ quien ‘rige’, ‘gobierna’ o ‘lidera’, ese Imam siempre ha sido masculino y nunca femenino.

Tres veces en la historia Allah el Más Alto eligió a alguien como Su Mensajero/Profeta y luego ordenó que ese Profeta debiera establecer un estado y luego gobernar sobre ese estado. David y Salomón gobernaron sobre el Estado Santo de Israel, mientras Muhammad (paz y bendiciones de Allah el Más Alto sean sobre todos ellos) gobernó eventualmente sobre un estado desde la ciudad de Medina. En las tres ocasiones estos gobernantes escogidos divinamente fueron hombres y nunca  mujeres.

El Qur’an prosiguió en declarar que no solo esos profetas (David, Salomón y Muhammad – la paz sea sobre ellos) quienes gobernaron sobre el estado quienes eran hombres, sino que todos los Profetas/Mensajeros de Allah el Más Alto (124.000 en total) fueron todos, sin excepción, hombres: “Y [aun] antes de ti, no enviamos [como emisarios Nuestros] sino a hombres a quienes inspiramos, [y a los que elegimos siempre] de entre la gente de las comunidades [a las que iba destinado el mensaje]”. (Qur’an, Yusuf, 12:209; al-Nahl 16:43; al-Anbiyah, 21, 7).

Hay una clara implicación en la elección divina de hombres, 124.000 veces, y ni si quiera una vez una mujer, como Profetas y Mensajeros divinamente escogidos. Esta implicación es más aún confirmada en la elección divina del género masculino (y no el femenino) para pronombres que refieren a ‘El’, aunque ‘El’, Allah, no es hombre ni mujer. Los nombres de los ángeles son todos masculinos, aunque ellos no son ni hombre ni mujer. El Qur’an ha denunciado a aquellos quienes les dan nombres femeninos a los ángeles: “quienes no creen en la Otra Vida tienen a los ángeles por seres femeninos” (Qur’an, al-Najm, 53:27). Finalmente, el Qur’an reconoció que: “pero, en justicia, los derechos de las mujeres [con respecto a sus maridos] son iguales que los derechos de estos con respecto a ellas” pero procedió a declarar que: “si bien los hombres tienen prioridad [a este respecto]” (Qur’an, al-Baqarah, 2:228) y, en conexión a esto, declaró que: “Los hombres son responsables del cuidado de las muje­res” con responsabilidad de no solo mantener, sino también, cuidar y protegerlas, haciendo obligatorio para las mujeres obedecer a sus guardianes masculinos (Qur’an, al-Nisa, 4:34).

• SALOMON Y EL GOBIERNO DE UNA MUJER

La guía divina en este tema fue hecha más explícita cuando el Qur’an narró en extenso el evento en el cual Salomón (la paz sea sobre él) se sorprendió de saber acerca de una mujer gobernante sobre la tierra de ‘Saba’ (Sheba Bíblica), y que el pueblo de Saba también veneraba al sol. Aquí está la narración:

“Y buscó (Salomón) en vano entre los pájaros y entonces dijo: "¿Cómo es que no veo a la abubilla? ¿O es que está ausente? [Si así fuera,] he de castigarla muy severamente o matarla, o, si no, habrá de darme un excusa convincente!" (Los lectores deben notar que a Salomón le fue enseñado el lenguaje de los pájaros y pudo así conversar con ellos) Pero [la abubilla] tardó poco en regresar; y [al volver] dijo: "¡He alcanzado [a saber] algo que tú aún no has alcanzado [a saber] --pues te traigo de Saba una noticia cierta!
"He encontrado que reina sobre ellos una mujer; a quien se ha dado de todo [lo bueno, en abundancia], y que posee un trono magnífico. Y he hallado que ella y su pueblo adoran al sol en lugar de Dios; y Satán ha hecho grato a sus ojos lo que hacen, apartándoles [así] del camino [de Dios], de forma que no pueden hallar el camino recto: [pues han dado en creer] que no están obligados a adorar a Dios --[cuando es Él] quien saca [a la luz] cuanto está oculto en los cielos y en la tierra, y quien conoce lo que ocultáis y también lo que hacéis público: Dios, no hay deidad sino Él --el Sustentador, entronizado en augusta omnipotencia!"  [Salomón] dijo: "¡Veremos si has dicho la verdad o eres un mentiroso! Lleva esta carta mía y haz que caiga en sus manos; luego apártate de ellos y observa cual es su reacción."

[Cuando la reina hubo leído la carta de Salomón,] dijo: "¡OH dignatarios! Ha caído en mis manos una carta honorable. (30) Viene de Salomón, y dice: En el nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia: (31) [Dice Dios:] No os exaltéis contra Mí, sino venid a Mí sometidos!" Prosiguió: "¡OH dignatarios! Dadme vuestra opinión sobre el problema al que me enfrento; Nunca tomo una decisión [importante] sin que estéis presentes conmigo." Respondieron: "Somos una gente poderosa, de gran habilidad para la guerra --pero a ti te corresponde dar la orden; considera, pues, cual ha de ser tu orden." Dijo ella: "En verdad, siempre que los reyes entran en un país lo corrompen, y convierten a sus más nobles habitantes en los más abyectos. Y esta es la forma en que actúan [siempre]. Así pues, he de enviarles un regalo, y esperaré a ver qué [respuesta] traen los emisarios."

Pero cuando [el emisario de la reina] llegó ante Salomón, éste dijo: "¿Pretendéis aumentar mi riqueza, cuando lo que Dios me ha dado es [infinitamente] mejor que lo que os ha dado a vosotros? ¡No, sólo [gentes como] vosotros se regocijarían ante un regalo como el vuestro! "¡Regresa a aquellos [que te han enviado]! Pues, [dice Dios:] ¡Ciertamente, marcharemos contra ellos con fuerzas a las que no podrán oponerse y, en verdad, les expulsaremos de esa [tierra suya], humillados y empequeñecidos!"

(Qur’an, al-Naml, 27: 20-37)

No hay evidencia en lo absoluto si quiera para sugerir que la Sheba (Bíblica) haya cometido, o se estuviera preparando para cometer,  agresión en contra del Santo Estado de Israel de Salomón, o que hubiera actuado de alguna otra forma que pudiera haber creado una justificación legal ni si quiera moral para la guerra (causus bellum). Sin embargo Salomón escribió de inmediato a la Reina con órdenes estrictas que ella no debía resistirse sino que venir a él en un estado de sometimiento.

Hubo muchas tierras bajo el control de Salomón donde la gente veneraba a otro aparte del Dios Único. No hay evidencia alguna de que haya actuado de manera similar con los gobernantes de tales territorios. Uno tampoco responde con guerra a un pueblo que venera a otro más que Allah. No hay sabiduría alguna en tal conducta. Más bien la guía divina requiere que la gente sea invitada a la verdad con sabiduría y con una exhortación agraciada.

Ni la reina de Sheba desobedeció la carta de Salomón con desprecio y arrogancia. Más bien la venero como “noble” y busco apaciguarlo con regalos. Sin embargo él firmemente rechazo su amistosa respuesta y le entregó su declaración de guerra a cambio. Incluso describió las temibles consecuencias de tal guerra por Sheba. La clarísima implicación de este evento ha sido, desafortunadamente, obscurecida por el aumento de cuentos de hadas. De hecho, Salomón actuó como lo hizo porque la guía divina no toleró por ningún momento el gobierno de una mujer sobre la sociedad o el estado. No hay otra explicación posible para la extraordinaria conducta de Salomón.

Aquellos quienes, a pesar de la guía divina claramente representada arriba, eligen a una mujer como su líder/gobernante, ¡se encontrarán elevados el Ultimo Día con su líder femenina, mientras esperan el juicio ante el Dios Único! Serán horrorizados al saber que al elegir a una mujer para gobernarlos cometieron el gran pecado de excluir a Allah el Más Alto de su decisión en el tema: “y no seáis como aquellos que se olvidan de Dios (al excluirlo de sus asuntos), y entonces Él les hace (pagar el precio de) olvidarse de sí mismos (de su propio estatus humano): son ellos, precisamente, los realmente depravados. (Qur’an, al-Hashr, 59:18-20).

El reciente verso del Qur’an (con nuestro comentario en paréntesis) ha entregado la madre de todas las advertencias a aquellos quienes se olvidan de su Dios-Señor al excluirlo de su decisión al respecto, por ejemplo, de temas tales como el gobierno de una mujer. Ellos son personas desviadas cuya desviación eventualmente los llevará al fuego del infierno.

La moderna civilización Judeo-Cristiana Occidental fue la primera en adoptar el actual secularismo impío que ha excluido a Allah el Más Alto como supremo sobre todas las cosas. El secularismo político declaró la separación de las políticas de la religión y en el proceso, destronó a Allah el Más Alto como soberano. Reemplazó Su Soberanía con la soberanía del estado, el parlamento y la constitución. Habiendo adoptado el secularismo, el impío occidente procedió entonces a exportar ese secularismo al resto del mundo (incluyendo Trinidad y Tobago).

Es blasfemo e hipócrita para una constitución que reconoce “la supremacía de Dios” el proceder a proclamar: “Esta constitución es la ley suprema de Trinidad y Tobago, y cualquier otra ley que sea inconsistente con esta Constitución (y eso incluye obviamente a la ley de Dios) es vacía hasta el punto de su inconsistencia”. Aquellos quienes excluyeron a Allah el Más Alto como Soberano y en vez, aceptaron la soberanía del estado y la constitución, tienen una terrible sorpresa esperándoles en el Ultimo Día. El Qur’an declaró que Allah el Más Alto tomará al mundo entero en Sus manos (como canto alguna vez Mahalia Jackson) y entonces les preguntará: “¿Quién posee la soberanía hoy?” El Qur’an entonces respondió con: “¡De Dios, el que tiene dominio absoluto sobre todo lo que existe!” (Qur’an, al-Ghafir, 40:16).

Y así el Islam ha rechazado tal secularismo y ha insistido en reconocer la Soberanía y Autoridad Suprema de Allah sobre el estado y por ende sobre la elección de un líder/regidor del estado. Cualquiera quien a cambio reconozca la soberanía del estado secular moderno, y muera con ello en su registro, morirá con el mayor de todos los pecados (Shirk) colgando alrededor de su cuello – un pecado que Allah ha advertido que no perdonará. Tal persona entrará directo hacia el fuego del infierno.

¿Qué debiera hacer un creyente en el Único Dios? La respuesta es que se nos permite residir en un estado secular y mientras residamos en tal estado, podemos apoyar todo lo que es bueno y oponernos a todo lo que es malo. Debemos evitar, con toda nuestra capacidad, todas las conductas que traigan Shirk sobre nosotros. El Profeta Muhammad actuó de esa forma por 53 años de su vida mientras vivió en la Makkah pagana (antes de su vuelo a Madina). El Profeta Joseph actuó de esa manera incluso mientras servía en el gobierno pagano de Egipto y Jesús, el Mesías, hizo lo mismo mientras vivió bajo el gobierno romano en Tierra Santa (paz y bendiciones sean sobre todos ellos).

¿Por qué, podemos preguntarnos, eligió Allah el Más Alto solo hombres como Sus Profetas y Mensajeros? Y ¿Por qué el Profeta Muhammad ordenó que se sacrificaran dos animales como agradecimiento por el nacimiento de un varón, mientras solo uno debiera ser sacrificado por el nacimiento de una niña? También ¿Por qué el Profeta ordenó a los hombres ocupar las filas del frente de la Masjid, mientras las mujeres debían ocupar las filas de atrás de la Masjid detrás de los hombres, por ende haciéndole imposible a una mujer liderar a los hombres en oración?

Primero descartemos la noción de que los hombres son intelectualmente, moralmente o espiritualmente superiores a las mujeres. El Profeta Muhammad descartó tal falsedad con su declaración de que la humanidad sería elevada en el Ultimo Día para juzgarla “iguales ante Allah como los dientes de un cepillo”. De hecho reconoció el estado de ‘madre’ como tres veces superior al de ‘padre’ y declaró que “el paraíso yace bajo los pies de tu madre”.

Más bien la implicación está claramente registrada en la declaración del mismo Profeta Muhammad (paz y bendiciones de Allah el Más Alto sean sobre él) cuando supo que el pueblo persa había elegido a la hija de su Emperador como la nueva gobernante. El declaró: “Ningún pueblo que elija a una mujer para gobernarlos llegará a ser exitoso”. (Bukhari, Nisai, Rirmidhi y Ahmad).

También puede discernirse en la conducta de los compañeros del Profeta y sus sucesores mientras el mundo musulmán permaneció libre del control de la actual esencialmente impía civilización europea judeo-cristiana. EL gobernante que rigió sobre el mundo del Islam, quien fue conocido como Amir al-Muminin, Khalifa o Imam, fue siempre hombre y nunca mujer. Ni el Santo Israel tuvo alguna vez a una mujer como gobernante. Es solo en la era moderna y como un resultado directo de la polución occidental de la civilización islámica que la aberración del gobierno de una mujer sobre el orden político ha ocurrido en pocas partes del mundo musulmán.

Es importante que notemos que la guía divina nunca ha vacilado en el tema del mandato del hombre para permitir alguna circunstancia especial que permitiera el gobierno de una mujer. Sin embargo algunos eruditos del Islam, particularmente en la era moderna en la cual una revolución Euro-feminista está barriendo el mundo, han encontrado conveniente discutir esas excepcionales circunstancias que pueden permitir el gobierno de una mujer. Lo que tales eruditos han hecho involuntariamente es abrirle paso al gobierno permanente de la mujer sobre un mundo patas para arriba simbolizado por el “sol levantándose desde occidente”.

Los protagonistas de esta posibilidad se aferran fuerte al ejemplo de Aisha (que Allah se complazca con ella) quien, dicen ellos, o guió, o se unió con otros en dirigir a algunos hombres en la batalla contra Ali (que Allah se complazca con él) en la Batalla del Camello. Ella estaba persiguiendo la justicia, o ella fue llevada a creer que ella estaba actuando con justicia en el velorio del asesinato de Uthman, mientras Ali, en su sabiduría, reconoció que la justicia no podía ser ejercida por un vacío de seguridad. Por ende él necesitaba primero restaurar la seguridad a la sociedad y estabilidad al estado antes que pudiera ejercer la justicia. Fue esta diferencia de visiones sobre el tema lo que llevó a la rebelión contra la autoridad de Ali.

Pero el consenso de opinión durante todas las eras es que Ali era el último de los cuatro bien guiados Khulafa (o Imames) quienes gobernaron sobre los musulmanes después de la muerte del Profeta Muhammad (paz y bendiciones de Allah el más alto sean sobre él). Fue por ende el deber de Aisha someterse a la autoridad de Ali. Su conducta en este tema no establece un precedente que deba ser emulado.