Se impone un sistema cultural multiculturalista basado en un relativismo absoluto, el cual implica la negación de la existencia de verdades absolutas de validez universal.
Friedrich Engels mismo ya lo anticipaba: "Para la filosofía dialéctica no existe nada definitivo, absoluto" . Ahora, un dirigente político proclama: "No hay verdades absolutas de ningún tipo".
Asumiendo tales premisas, ¿cómo se manifiesta concretamente este nuevo tipo de acción revolucionaria?
La aplicación de este sistema filosófico-político procura generar un ánimo hostil contra todo tipo de autoridad, expresándose esto en una conducta de deliberada resistencia y rebeldía ante la creencia de Dios; contra la institución de la Santa Iglesia, cuya reputación se degrada sistemáticamente; contra el Estado, cuya autoridad se denigra constantemente; contra el orden en la familia, donde se socava la autoridad de los padres; contra el orden en la escuela, donde se limita la autoridad de los profesores; y, en definitiva, contra toda forma de jerarquía y orden en la vida social.
Ante la ausencia de un ser superior, semejante quebrantamiento del orden natural conduce a una completa pérdida de principios y valores originales fundamentales, lo cual genera un radical decaimiento en la moral. Bajo pretexto de educar en un uso más responsable de las fuerzas procreativas, se desencadenan las pasiones en los niños y adolescentes a través de una educación sexual estatal en los colegios. A través de los medios de comunicación se derriban todos los tabúes, corrompiendo el ideal de la santa pureza, de la inocencia y la virginidad, gestando un ambiente de impureza omnipresente. Así se aplica en nuestra época, al pie de la letra, la estrategia lanzada por Lenín y comprimida en la siguiente frase a menudo citada:
"Si queremos aniquilar una nación, debemos aniquilar antes su moral. Luego, esta nación caerá en nuestro regazo como fruto maduro. [...] Interesad la juventud en la sexualidad y os apoderaréis de ella sin dificultad."
Se disuelve la institución de la familia con la legalización del divorcio. Asimismo, se promueve tanto el trabajo de la mujer para apartarla del hogar como la asistencia en jornada completa de los niños al colegio. La razón de ello la evidenció claramente Olaf Scholz, entonces Secretario General del Partido Socialista de Alemania (SPD) cuando, refiriéndose a la jornada escolar completa - a la cual estima insuficiente - y a los pre-escolares y maternales, sostiene:
"Queremos alcanzar con ello una revolución cultural. [...] Queremos conquistar el espacio aéreo sobre las camas de los niños" .
Para impedir la existencia de familias numerosas se implantan programas de control de natalidad. En este mismo sentido, también se promueve el matrimonio entre personas del mismo sexo, concediéndole incluso el derecho de adopción de menores.
A fin de provocar una destructuración del sistema social, se introduce un igualitarismo radical proyectado en la teoría de género según la cual el ser humano es determinado exclusivamente por la colectividad y no por su naturaleza masculina o femenina. Esta idea se refleja también en un feminismo extremo.
En definitiva, el neocomunismo proclama el 'empoderamiento' del hombre en términos de que es ahora él, por sí y ante sí, quien domina su cuerpo y determina su destino. Así, dando cuenta de una contradicción fundamental, por una parte rechaza la pena de muerte al negar a cualquier autoridad el derecho a determinar sobre la vida del hombre pero, por otra, sin más reclama el irrestricto derecho a practicar el aborto y la eutanasia.
Siguiendo el principio marxista de "revolución permanente" y el principio leninista de "revolución ininterrumpida", e indicando que "el gran salto no es económico [...], sino político-cultural", el neosocialismo sentencia explícitamente:
“Tiempos de cruzada (yihd de género según Ndeye Andujar). Sin plazos, la meta es transformar de raíz la mentalidad”.
1 comentario:
A-s-salamu 'alaykum:
A las barricadas que vienen los progresistas.
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