
Tengo un amigo comunista, un verdadero idealista, un materialista contumaz que sacrifica sus vacaciones de verano para limpiar y mantener en condiciones la cripta donde se conserva el cuerpo incorrupto del Camarada Lenin. Como dispone de tanto tiempo libre (es jefe de mantenimiento de una fábrica que produce tomate frito y enlace sindical, por lo que la empresa ha tenido que contratar a otro empleado para que la fábrica no se colapse)siempre puedes hablar con él. Me hallaba tan intrigado con todo este asunto de los comunistas islámicos españoles que le visité (en horas de trabajo, naturalmente)para plantearle mis dudas directamente. Su contestación no dejó sitio para más dudas pues dijo:


"El «marxismo» actual es patético porque no lee a Marx. Sólo se coloca camisetas del Ché (y pañuelos palestinos) como el que se pone una cruz (o un jiyab) para demostrar al mundo su pureza ideológica. Algo tan despreciable como ridículo, que exige como respuesta la conformación de una nueva ideología revolucionaria definida que acabe no ya sólo con el imperialismo capitalista, sino también con este izquierdismo trasnochado de herencia socialdemócrata y que, además, plante cara al Islam como enemigo no ya de la revolución, sino de la misma racionalidad".
¡Subhanallah! La mayoría de mis dudas se acababan de disolver como un azucarillo en un vaso de te moruno, pero por si acaso fuera poco añadió:
"Todavía con Lenin en el gobierno, en 1923 Mir Saíd Sultán Galieb fue fusilado por órdenes de Stalin, su antiguo protector, una vez visto el peligro que esto (el Islam socialista)suponía para el poder soviético ya instaurado y la degeneración demencial que sus postulados religiosos suponían en el seno de una izquierda comunista atea, racionalista y materialista".
Aún abrumado por la ardorosa contundencia de sus argumentos empezó a citarme las máximas que de Marx y Engels se recogen en «La Cuestión Oriental»:
«El Corán y la legislación islámica que emana de él reducen la geografía y la etnografía de los pueblos a la distinción, convenientemente simple, de [...] Fiel e Infiel. El Infiel es harby, es decir, el enemigo. El islamismo proscribe [...] a los Infieles, y postula un estado de hostilidad permanente entre el musulmán y el no creyente.»
Eran palabras de K. Marx. Le creí a pies juntillas por que mi amigo pasaba mucho tiempo con Lenin, un mes al año por lo menos...
Estaba claro que esto del Islamismo era absoluta y totalmente contrario a los intereses marxistas de la lucha de clases, ya que creaba un corporativismo similar al fascista en el sentido de unir a los individuos, independientemente de su origen clasista, en una totalidad homogénea y sin fisuras fuera de la cual no había «salvación». Ni clasismo, ni feminismo, ni ningún resquicio donde atacar y destruir el orden establecido. Por ello, para Marx, la única posibilidad de expandir la conciencia de clase al mundo musulmán pasaba por la propia destrucción del Islam:
«Si se pudiese abolir su sometimiento al Corán por medio de la emancipación civil, se cancelaría, al mismo tiempo, su sometimiento al clero y se produciría una revolución en las relaciones sociales, políticas y religiosas...»
En el Islam sunnita no hay clero tal y como se conoce en el mundo cristiano (no así en el Islam chiíta), pero sí hay grupos organizados de sabios islámicos que actúan como tal clero, o al menos como guías de masas en lo que concierne a la ley de Mahoma. Por lo tanto, la observación de Marx es más que perentoria, ya que esos sabios son enemigos de la clase obrera, y por tanto, la lucha no sólo habría de darse frente a los ricos que, gracias al Zakat (limosna, uno de los cinco preceptos obligatorios que ha de cumplir todo musulmán), que posibilita la permanencia perenne de ricos y pobres por la gracia de Dios (Alá), sino contra los mismos ideólogos que justifican el Estado de cosas estacionario del mundo mahometano.
Antes de que pudiera realizar el menor comentario mi amigo me espetó:
"Y nada de concesiones ni experimentos, como el del tártaro Hanafi Muzzafar, musulmán de la Segunda Internacional, que declaraba, frente al nacionalismo:
«El Islam es internacional y sólo reconoce la hermandad y unidad de todas las naciones bajo su bandera. El pueblo musulmán se unirá al comunismo porque, como el comunismo, el Islam rechaza el nacionalismo estrecho.»"
Pero este internacionalismo islámico siempre fue religioso, y es más, en el Islam la nación es sustituída por la Umma, la comunidad islámica, la única para nosotros viable, ante la cual todas las demás, incluída la sociedad socialista o comunista, constituye una herejía. Esto Marx jamás lo hubiese aceptado, así como su contemporáneo y amigo, Federico Engels, el cual tenía muy claro a qué se dedicaba el gobierno islámico. Mi amigo no tardó ni un segundo en citarle:
«El gobierno en el Este siempre ha tenido solamente tres departamentos: Finanzas —es decir, robar a las gentes del país—, Guerra —es decir, robar a las gentes del país y de otros lugares— y Obras Públicas —preocupación por la reproducción—.»
O lo que es lo mismo: la explotación y la opresión bajo la sumisión a un ser que no existe llamado Aláh.
Más claro agua, pensé, evocando con nitidez el pensamiento marxista respecto al Islam pero un tanto turbado ante la sospecha de un posible propósito oculto en la obra emblemática del Islam político español, "ISLAM PARA ATEOS". Un libro que, en palabras de su autor, un buscador de las esencias del zen, es la prueba de la pujanza del pensamiento islámico que se está generando actualmente en la Andalucía de hoy, "un pensamiento que pasa de unas manos a otras, vagabundo, conflictivo como toda creación pura, indómito e inapresable".

Quise preguntarle sobre los orígenes burgueses y posiblemente judíos de los miembros del Islam Político Español, y de las legendarias acusaciones de pertenencia al judaísmo de tantos líderes revolucionarios marxistas -empezando por Marx-, pero como poseido por un haz supersónico capaz de captar mis más ocultos pensamientos, sacó la llave inglesa más grande que jamás hubiera visto, brillante por su poco uso y me dijo:

"Ya he oido esas tonterías de sacerdotes retrógrados ingleses que viven en Argentina que niegan las camaras de gas y te recuerdo que negar el genocidio es delito en muchos paises de la CEE. Nada que diga un cura puede ser cierto. El antisionismo es un delito perseguible por los tribunales internacionales. Dios no existe, dejate de tonterías. Y si algún comunista algún día llegara a convertirse al Islam, te aseguro que sería solo con la intención de destruirlo por dentro. Y ahora marchaté por que me han entrado vómitos solo de pensar que vuelvas a llamar a la oración como hiciste la última vez. Mi despacho no es apto para las practicas de brujería que has aprendido de tus Fukahás Magos."
Obedecí sin replicar. Aún que buen amigo, ya en otras ocasiones había intentado sonsacarle el motivo de que ni Marx ni sus seguidores realizaran la menor crítica a la usura y si esto tenía alguna relación con el hecho de que estuvieran tan intimamente relacionados -en lo familiar como en lo financiero- con lo más granado de los banqueros judíos européos. Sin embargo mi amigo nunca quería hablar de la usura y prefería centrarse en la lucha de clases. Además estaba lo de la llave inglesa, así que le abracé largamente y me marché.
Sin embargo, mientras me alejaba, aún preso de mis cavilaciones, pude escuchar como, en el último momento cerrando ya la puerta de acceso a la calle, a mi amigo se le escapaba un rotundo ¡Allah Hu Akbar! que me desconcertó completamente.

En la radio del coche, una canción de Bob Dylan Robert Allen Zimmerman repetía rebelde pero rítmicamente: "Times are a'changing, baby..."
Come mothers and fathers throughout the land
Don't criticize what you can't understand
Your sons and daughters are beyond your command
Your old road is rapidly agin'
So get out of the new one it can't lend your hand
For the times they are a-changin'
3 comentarios:
Me he autocensurado el comentario anterior... es que estoy últimamente muy modosito...
Gracias por la información. ¡Adelante con el Blog!
Saludos.
Buenas, profesor rahmanicus,
desconocia sus disquisiciones con los camaradas comunistas, sangre fresca para el Islam del futuro, nuevos fuqahás para el mahdab cordobés.
Jejejeje me encantó escuchar a Sidi Marx decir que debíamos pasar del clero los musulmanes. El clero no mola nada. Mejor nos quedamos con el "Islam para ateos" de Abdelmunin Aya, Carl Marx fue un visionario:
Dios no existe!!!!
Los ángeles no existen!!!!!
Darwin mola!!!!!!!!!!
Bin Baz mola!!!!!!!!!
La tierra es plana!!!!!!!!!!
Marx es un sufi!!!!!!!!!
Los comunistas son los verdaderos salafis!!!!
El rey de Marruecos es un auliyá!!!!!
Sublevación, sublevación!!
EEEEE quuiero decirrrr....
suvencion, suvencion!!...
Pues nada, veo un gran paralelismo entre su camarada y los webislamistas como Don Aya. Su camarada una persona muy franca y sincera, pardiez.
Salam
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