Desde hace unos meses vengo investigando en profundidad algunos temas altamente polémicos que no entraban entre mis planteamientos originales cuando hace ya 3 años empecé a escribir en este blog. Analizando lo aprendido y observando la situación actual del mundo en que vivimos, estoy meditando dejar de escribir. Sencillamente porque a pesar de que en TEORÍA vivimos el imperio de la LIBERTAD DE EXPRESIÓN, la realidad de los hechos en el mundo entero es el de la CENSURA. En algunos escasos países como los EEUU, donde afortunadamente la CENSURA no existe, se aplican otras medidas colaterales que logran la censura real de la información que no se quiere que llegue al conocimiento del público en general, que incluyen coacciones, amenazas, robo, confiscación, persecución e incluso secuestro o cárcel. Gracias a su carta magna constitucional, los EEUU son el país más respetuoso con el artículo 19 de la declaración universal de los derechos del hombre. No obstante son muchos los escritores, académicos y divulgadores que a lo largo de los últimos 65 años han tenido que exiliarse de dicho país por razón de sus estudios o de sus opiniones. En ocasiones ni siquiera hace falta opinar, basta con hacer referencia a los ensayos, artículos o videos fruto del esfuerzo de algunos seres humanos que no gustan a la autoridades para que se apliquen las antes mencionadas políticas de amordazamiento, administradas por los mismos que después se vanaglorian de democratas y defensores a ultranza de los derechos humanos. No hablaremos de las autoridades no democráticas. No por simpatía con éstas últimas, sino porque -evidentemente- dichas autoridades no permiten la expresión de ciertas opiniones, y con ello, al menos sabemos a que atenernos y sabemos que cuanto menos, no caen en el pecado de la hipocresía. Al pan, pan y al vino, vino dice el más que sabio refranero español.
Cada religión y cada ideología tiene sus puntos oscuros, suficientes para merecer el descrédito en la opinión de algunos hombres. La religión de los Derechos Humanos, la religión que llena de orgullo a los hombres del siglo XXI porque supuestamente no tendría puntos oscuros, cojea de manera impresionante en lo que respecto a uno de sus principios axiomáticos llamado "libertad de expresión". Si resulta -como es fácilmente comprobable- que el resto de los "derechos fundamentales" de esta religión se han escrito con el propósito de ser meras declaraciones de intenciones y se crearon con el decidido propósito de nunca ponerlos en práctica o aún peor, utilizarlos para legislar a sensu contrario, hay que decirles con toda claridad que su religión, su amada religión, no es más que una infame patraña de hipocresía y mentiras, realizada por hombres hipócritas y mentirosos. Hay que decir además, sin faltar a la verdad, que sus seguidores son la máxima expresión de la hipocresía y de la ruindad que cabía esperar del género humano. Hemos de decirles a estos religiosos que se pavonean con el traje de luces de su superioridad moral que en realidad, el más déspota de los dictadores sobre la tierra es moralmente hablando, muy superior a ellos en cuanto al cumplimento de los derechos universales, puesto que dado que unos y otros limitan a su conveniencia la libertad de expresión, unos la limitan con la verdad por delante mientras que los que se pavonean y califican de humanitarios son además de mentirosos, profundamente inmorales.
Ninguna obra humana puede llevar a la realización de algo valioso cuando basa sus fundamentos en la mentira. Equivocarse es humano, mentir a sabiendas es diabólico. Creo que todos los que ingenuamente escribimos en un blog, tenemos que auto-censurarnos a diario porque tenemos miedo a las represalias de los defensores de la libertad de expresión contenida en la declaración de los derechos humanos. Es una trampa muy rastrera. Si nos dijeran la verdad de su religión, agudizaríamos el ingenio para decir sin decir diciendo, arma terrible que han usado los oprimidos desde tiempos inmemoriales y cuya eficacia ha quedado desarticulada mediante la propagación de la religión de la libertad de expresión.
¿Que cosas se pueden expresar libremente y cuales no, en las sociedades democráticas?
Sencillamente, todo lo que ponga en duda la existencia de la dictadura del pensamiento que representa el status quo post 1945 y cito esta fecha porque representa el momento en que la religión de los derechos humanos empezó a crearse por parte de Gran Bretaña, los EEUU y la URSS . Hay para dar y vender. Por poner un ejemplo, la teoría de la evolución. Una profesora universitaria norteamericana tuvo la osadía de plantear en su clase, como ejercicio de reflexión, la posibilidad de que la teoría evolucionista pudiera no ser cierta. Solo la posibilidad. Al terminar el curso recibió su carta de despido. Nunca más pudo encontrar trabajo en ninguna universidad norteamericana ni canadiense. Finalmente alguien le reconoció que se había mandado un informe a todas las universidades de América refiriendo el penoso incidente de estimular siquiera mentalmente una mínima disidencia respecto a la verdad sagrada...
Mención especial merecen los afirmadores y negadores de holocausto. Hablar del genocidio piel roja, hindú armenio, bengalí, congoleño, alemán (I y II guerra mundial), bolchevique, maoísta, y algunos otros más que quizás ni siquiera han llegado a nuestro conocimiento está fuertemente restringido, o se habla de ellos como si en realidad la cosa no fuera para tanto. Poco oirán hablar de estos terribles genocidios en los medios de comunicación, en las cátedras universitarias o en las declaraciones gubernamentales de la ONU. Nos olvidábamos del último, el de los habitantes de Palestina, los cuales para más ensañamiento nos son presentados como terroristas. Son lo que se denomina en lenguaje humanitario y progresista "los crímenes de los buenos". Luego están los crímenes de los malos. Sobre estos vds. pueden recibir noticias, en muchas ocasiones inverosímiles, de una manera machacona y moralizante a la que poco falta para que nos haga sentirnos fuertemente embarazados. Estamos en contra de toda crueldad, en contra de la retaliación, somos favorables al perdón, pero ¿Son estos principios que mantenemos nosotros los que presiden la actuación de los políticos, de las universidades o de los medios de comunicación masiva? Ni por asomo. La ferocidad de su propaganda solo tiene comparación con el empeño que ponen en acallar toda voz disidente. Y voces disidentes, con el paso de los años, han surgido por todos los rincones.
¿Que habría que añadir al artículo 19 de la carta fundamental de los derechos humanos para garantizar adecuadamente este derecho? Pues sencillamente que las autoridades perseguirán penalmente a todo gobierno, medio de comunicación o instituto universitario que realice la menor acción de falsa propaganda. En otras palabras, penalizar la creación de bulos con el propósito de desautorizar otras ideas, personas o grupos sociales.
Continuará...
1 comentario:
A-s-salamu 'alaykum:
Una entrada de una claridad didáctica y calidad sintáctica excelente.
La verdad es que como usted lo plantea, no podemos añadir nada más, sin co ello afear su exposición.
Unicamente me permito hacer una reflexión, mencionando al miedo acerbo que tienen algunos grupos musulmanes a la censura sobre la que usted escribe.
Ello les lleva a intentar a todo momento a explicar esto o lo otro a fin inocentar al Islam de la alevosa y diabólica acusación de terrorismo.
Una actitud por lo demás bastante cobarde, cuando lo que se debe hacer es echar, como algunos valientemente hacen, caer la sospecha sobre los mismos quienes se hundieron a si mismo el barco en la bahía de la Habana a fin de tener una excusa para comenzar la guerra contra España.
Desde la más estricta clandestinidad, el Pastor de Anwual.
Salam
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