El misterioso Eneagrama:
De símbolo esotérico a objeto de estudio en las Universidades
- El Eneagrama es un símbolo esotérico que pasó de ser considerado como "poco serio" a ser utilizado como herramienta en las empresas, en el área de recursos humanos
- Ahora dicen que ayuda a optimizar las relaciones laborales y la forma de gestación de nuevos negocios y ya se estudia en las Universidades.
Entrar al sitio de Eneagramática puede sorprender y hasta inquietar, de acuerdo al nivel de apertura mental de cada persona hacia los nuevos conocimientos. Es que durante el corriente año, dos importantes universidades locales, como son la UCES y la Universidad de Palermo, ofrecieron cursos y alentaron el conocimiento exploratorio de una antiquísima práctica esotérica convertida en materia de estudio a nivel terciario: se trata del Eneagrama.
El próximo jueves 6 de diciembre se llevará a cabo en la UCES un curso –el último del año- sobre Eneagrama Laboral y Estratégico. En los claustros se perdió el prejuicio sobre el origen de este símbolo misterioso, otrora considerado casi prohibido y poco serio para las ciencias de la educación.
Ahora bien, ¿qué es el enigmático Eneagrama? La palabra deriva del griego “ennea” (que significa nueve) y “grammos” (puntos). El eneagrama es un círculo (mandala, círculo mágico en la mística oriental) en cuyo interior se complementan una serie de triángulos que forman nueve puntas, cada una de ellas representando una tipología de personalidad psicológica del ser humano y un mapa del conocimiento Universal según la forma en que se estudie. Siempre pareció demasiado metafísico como para caber en los planes de estudio universitarios, pero en los últimos años los nuevos gurúes de la planificación de recursos humanos en las grandes corporaciones comenzaron a aplicar sus enseñanzas y, según explican, el resultado ayudó tanto a optimizar los vínculos interlaborales y la forma de gestación de nuevos negocios, que decidieron incluir el estudio del eneagrama en las carreras terciarias. Estados Unidos fue el iniciador de este sistema, que ahora también se aplica en la Argentina.
Lo más enigmático del Eneagrama es la historia de cómo se trasladó su conocimiento desde épocas antiquísimas (cerca de 7000 años AC) a nuestros días.
George Ivanovich Gurdjieff, fue quien lo introdujo en Occidente a comienzos del siglo pasado, rescatando su estructura simbólica después de una larga y atormentada expedición a las rocosas montañas y cuevas del inhóspito Afganistán. Allí mismo donde los militares de las potencias occidentales dicen buscar las cuevas que guarecen a Osama Bin Laden, Gurdjieff rescataba un siglo atrás los principios de un antiguo conocimiento entre el que se destaca el símbolo Eneagramático. Un libro autobiográfico -aunque escueto en información- y un film sobre esa obra (Encuentros con Hombres Notables), junto con las enseñanzas de Gurdjieff reseñados por su discípulo Peter Ouspensky (después enfrentado con su maestro) en “Fragmentos de una Enseñanza Desconocida”, resultan los primeros indicios de la existencia de esta figura de nueve puntas de la cual también tenían conocimientos los Sufís, la orden o hermandad mística más fuerte del islamismo. Ambos libros se pueden conseguir en las librerías locales.
La potencialidad del estudio de los símbolos –y por ende del Eneagrama- lo explicaba el mismo Gurdjieff de esta manera: “...El conocimiento puro no se puede transmitir, pero sí se expresa por símbolos, se encuentra cubierto como con un velo que, pero para los que desean verlo y saben cómo mirarlo, se vuelve transparente”.
Este filósofo, músico, esotérico, escritor y psíquico hijo de madre armenia y padre griego (1872-1949), fue hasta hace poco muy controvertido y recusado a causa de sus enseñanzas, justamente en cuanto a sus disertaciones sobre el poder simbólico del Eneagrama. Sus detractores lo calificaban sin miramientos de embustero y charlatán de feria, pese a que sus seguidores –llamados “Buscadores de la Verdad”- no fueron personas ignorantes sino grandes matemáticos (como Ouspensky), filósofos, médicos, psicólogos y profesionales de varias disciplinas. Es decir, gente poco propensa a dejarse influenciar por un discurso sin sentido o por las enseñanzas extravagantes de un maestro de la sugestión.
Uno de los hechos guardados en el polvo de la historia que hizo durante mucho tiempo que los educadores de todo el mundo tuvieran cierta aprehensión a tomar en serio las enseñanzas del Eneagrama, estaba dado por una extraña obra de ballet que Gurdjieff estrenó en la Rusia zarista en 1914. Se trata de “La Lucha de los Magos”, denominada por Gurdjieff como danza sagrada, en la cual los bailarines se situaban en cada punta de un Eneagrama trazado sobre el escenario, y cuyos pasos de baile representaban los movimientos de cada Planeta en el sistema solar. Con “La Lucha de los Magos” se escenificaba el desplazamiento del Universo en su plenitud, decía su creador frente al escepticismo de sus oyentes y la adhesión casi incondicional de sus seguidores.
Y otra información escueta que el ruso-armenio transmitía a sus discípulos también echaba sus raíces en antiguos conocimientos que la ciencia rechazaba de plano: “El Eneagrama es el movimiento perpetuo que los hombres han buscado desde la más lejana antigüedad....Y no es difícil comprender por qué no podían encontrarlo. Buscaban fuera de sí mismos lo que se hallaba dentro de ellos”.
Estas definiciones eran incompatibles con la lógica de los educadores del siglo pasado, hasta que algo ocurrió para que ahora las Universidades se entusiasmen y decidan introducirlo en los claustros. Las grandes corporaciones que aplicaron las técnicas del simbólico círculo y los triángulos de nueve puntas sostienen públicamente haber optimizado sus empresas aplicando las fórmulas de identificación de conflictos y de estudios de mercados en base al Eneagrama.
¿Qué ocurrió en el medio para que las enseñanzas de un llamado charlatán de feria sean ahora materia venerada en las Universidades de casi todo el mundo?